PREGUNTAS FRECUENTES

En México, la bola de embarazo se ofrecía a las futuras madres desde el inicio del embarazo como amuleto protector. Conocido como “Llamador de Ángeles”, cuenta la leyenda que su suave tintineo cristalino invocaba la protección del ángel de la guarda del bebé y de su madre, por lo que, también puedes lucir tu collar de embarazo como un amuleto de la suerte desde los primeros momentos de tu embarazo.

Estudios cientícos demuestran que los bebés sí tienen la capacidad de oír. A partir de la vigesimosexta semana de embarazo, tu bebé estará progresivamente alerta a los sonidos familiares del entorno natural -los latidos de tu corazón, tu respiración- así como a la estimulación audible externa como voces, música y cantos. Los investigadores también han demostrado que los bebés recién nacidos son capaces de reconocer los sonidos que escuchaban en el útero con frecuencia. En particular, cuando se les reproducen los latidos del corazón que los bebés pequeños escuchaban en el vientre de su madre, es posible observar un cambio en su comportamiento: se calman y comienzan a succionar o bien, a quedarse dormidos. La melodía que toca el collar de maternidad es muy dulce y armoniosa. A pesar de algunas ideas preconcebidas, el propósito de la Bola de embarazo no es que ruede alrededor del ombligo todo el día para que el bebé oiga su tintineo constantemente. También puedes llevar tu Bola de embarazo en un collar más corto, alrededor de tu corazón, como un collar elegante para complementar tus atuendos de embarazo, haciendo el tintineo particularmente sutil y discreto.

La melodía que emite el collar de embarazo es muy dulce y armoniosa. A pesar de algunas ideas preconcebidas, el propósito de esta joya de maternidad no es rodar alrededor del ombligo todo el día para que el bebé escuche su tintineo constantemente. Por lo que también puedes llevar tu Bola con una cadena más corta, cerca de tu corazón, para que así se convierta en un elegante collar para complementar tus atuendos de embarazada, haciendo que el tintineo sea particularmente sutil y discreto.

A partir del quinto mes de embarazo, una vez al día, tómate unos minutos para que tu bebé en gestación escuche la dulce melodía de tu collar: elige un momento tranquilo y relajado, por ejemplo, durante una meditación guiada o después de masajear tu vientre con crema hidratante. Coloca una de tus manos boca arriba cerca de tu vientre y haz rodar la bola de armonía en la otra para acunar suavemente a tu bebé al ritmo de sus vibraciones musicales. Al repetir este ritual a diario, imprimirás un recuerdo sonoro de amor y bienestar a tu bebé, quien asociará permanentemente el sonido de la joya de embarazo con tu presencia tranquilizadora.

Después del parto, la melodía familiar de tu collar de embarazo será una fuente de paz y tranquilidad para tu bebé. Puedes colocar el collar sobre el cochecito o la cuna de tu bebé, para que tintinee cada vez que tu bebé muestre signos de nerviosismo. También puedes introducir la Bola de embarazo dentro del Doudou Ange, para que sea el cascabel del peluche y así se convierta en un pequeño compañero para tu bebé, tranquilizándolo al recordarle el confort y la seguridad que sintió cuando estaba dentro del útero materno.

Al dejar que el bebé escuche la dulce melodía del llamador de ángeles durante el último trimestre de su embarazo, su Bola de Armonía se convertirá en una fuente de calma y relajación para el recién nacido. Esta tradición ancestral, que se ha utilizado durante milenios en México, no es una solución milagrosa para calmar el llanto de los bebés, pero sí sirve como una herramienta adicional para ayudarte a calmar y tranquilizar al pequeño cuando se usa en combinación con otros métodos: mecer, cantar, llevar al bebé en una mochila porta bebé, etc.

¡Ambos! La tradición de la bola de embarazo está muy arraigada en México, donde se le conoce como “Llamador de Ángeles” y también en la isla indonesia de Bali. Parece tener un origen común que data de varios milenios atrás, cuando América Latina y Asia eran un solo continente. Cuando las dos masas de tierra se separaron, la tradición viajó con ellas: por un lado, a México y, a Bali, por el otro.